Revuelo de palabras.-

lunes, 29 de marzo de 2010

Direcciones.

Nada me dice
ni mucho menos
me asegura
que al doblar en la esquina después de seguir derecho tres cuadras, pasando la estación de servicio
voy a encontrar el rincón
que ando buscando.
Redención para mis pies
des
ánimo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Yo despierto cada mañana con su cara respirándome y toco su nariz con la yema de mi dedo
y sus ojos tienen la fuerza para enardecer cada rincón,
cada última tentación de querer dormir cinco minutos más.
Tomo su mano y sin darnos cuenta lo levanto para la primera conversación de miradas
que dura lo que tardamos en reconocernos.
Desayunamos estrepitosamente, quizás un café o un vaso de agua.
Rompemos el aparente silencio para la arcaica despedida.
Cada adiós es un hasta siempre.
La boca del lobo.

Auténtico pensamiento de mi profundidad
lejana.
La luz ya se apagó
o se prendió de nuevo.
Yo no cuestiono lo escrito anteriormente, sólo quiero
hilar fino
y entender a qué te referís
cuando me hablas de que camino lento o de que siempre pierdo las cosas.
Te estaba gritando: ¡Volvé!
Y me escuchaste.
Ya es tarde- te digo-
y no es posible haber perdido el hábito.

Retorno. Vuelvo a vos que sos mi soplo de vientito cuando camino lento en el sol. No encuentro un sinónimo para la palabra extrañar y con el olor a comida recién salida del horno me olvido para qué me senté a escribir.