Revuelo de palabras.-

miércoles, 8 de mayo de 2013

Habíamos hablado de las cenizas, de que hay quienes, de ellas, hacen grandes castillos, con puertas enormes y dentro, sirvientes que cocinan banquetes y mujeres dispuestas a dar amor y hombres honrados.
Algunos resucitan casi silenciosamente, se los va volviendo a ver de forma sutil, tal vez con la cabeza gacha, todavía pensando en sus acciones.
Y los que restan regurgitamos de las cenizas Escandalosamente regresamos con antorchas en las manos porque nos apagaron el fuego a la fuerza, y cómo nos enoja eso; que no dejen a nuestro fuego ser, que ilumine lo que queremos ver, preguntar sin que nos juzguen y dejar en la sombra lo que no interesa. Es tan violento nuestro apagón que volvemos con la misma energía (con más energía, me atrevo a decirlo) para gritar, para correr y caminar todas las rutas marcando a fuego la huella.

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